ABRAIN NAVARRO, GALO
Una revelación.
Théodore de Banville consideraba a los poetas jóvenes un batallón sagrado. De ese escuadrón, y recién salido de la adolescencia, da un paso al frente Galo Abrain Navarro: descubrimiento más que presencia, revelación más que aparición en el panorama literario actual.
La rabia no muere aunque le cortes la cabeza al perro es un libro salpicado de imágenes sorprendentes: una mano invisible hecha de brasas, o audaces sinestesias: sábanas manchadas de ruido.
Poesía mordaz, anfetamínica, electrizante que, llena de brutalismo descarado, hace mística pagana del escándalo, de la violencia, de lo escatológico, la pornografía, la irreverencia, el asco; convierte el deseo en energía y encuentra en el sexo la redención de toda culpa.
Contra el más atroz consumismo, su poesía parece una proclama a favor del ser humano autolesionado, perdedor, consumido y sufriente camino de la inmolación.
Canto sincerísimo, valiente, en busca de la identidad del individuo.
Ángel Guinda