Desde que todo se observa, los dedos son más largos colocando todo en su sitio, preguntándose: a qué viento se le debe tanto miedo.
Artículos relacionados
Otros libros del autor
Vista previa: ESTOY GRITANDO. ME CONOCÍ DE ESA MANERA
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.