ARTAUD, ANTONIN
No podemos vivir eternamente rodeados de muertos y de muerte. Y si todavia quedan prejuicios hay que destruirlos. EL DEBER del escritor, del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro, una revista de los que ya nunca mas saldra, sino al contrario, salir fuera, para sacudir, para atacar a la conciencia pública, sino ¿para qué sirve? ¿Y para que nació?