Roca negra es una dramaturgia surgida de la observación, la lectura, el conocimiento y la propia conciencia, a veces sucia, de quien con el amanecer afina la puntería y pone la cámara a disparar en todas direcciones. Ninguno de nosotros puede esconderse de sus propios temores y emociones y nos vemos retratados en algún instante por este tío tan raro que devora almas como quien se come un bombón de cianuro.