MERINI, ALDA
Terrible y dulcísimo, enigmático y sabio, es a quien se evoca en este libro, el gran exiliado de la conciencia contemporánea: el padre. Padre todo sentido desde el cual se pretenda entender -y que sigue siendo inactual- : el Dios Padre religioso, punto de referencia de quienes aún buscan con obstinación y humildad el sentido de su propia vida; o bien, el padre espiritual, ancla de consuelo, confianza, consejo, el que plasmó Alda Merini en la figura de David Maria Turoldo: «Un cura que disipaba las tinieblas, que acaririaba las carnes ya pútridas por la distancia, un cura que era la memoria».