DICKINSON, EMILY
Los poemas de Dickinson recorren los bosques en mitad de la noche, trepan a los árboles, encuentran pájaros dormidos y recolectan flores y hojas a diario para convertirse en un registro del entorno, una radiografía de lo que observa su mirada y acaricia con la yema de los dedos.
El cuidado y mimo con el que está configurado el herbario con más de cuatrocientas especies clasificadas, nos da una idea de la pasión que Dickinson tenía por la naturaleza y su compromiso por recolectar, estudiar y preservar las flores locales; las etiquetas de papel que identifican cada especie están escritas con su elegante caligrafía.
Ahora tenemos la suerte de acercarnos a sus hojas y flores, acompañadas de sus propios versos. Por eso los poemas seleccionados tratan directamente el área de la botánica. Hemos rastreado sus poemas en busca de flores silvestres o de invernadero, de plantas y árboles y hasta de briznas de hierba.
Una búsqueda muy fructífera y de enorme belleza que, además, os ofrecemos junto a un índice de las plantas mencionadas en los poemas y su ubicación en las páginas del herbario para poder acceder a una experiencia completa de este inusual y hermoso libro.