CAMPILLO MESEGUER, ANTONIO
Aspirar a que el mundo sea un lugar hospitalario ha terminado por convertirse en una de las últimas utopías pensables.
Pero hemos llegado aquí, convendrá dejarlo claro, no como resultado de una ilusión sino de una desilusión. Aunque tal vez fuera mejor decir como resultado de una calamidad. Una calamidad organizada, habría que continuar puntualizando, que se ha servido de los
recursos de todo tipo alcanzados por la humanidad en su estadio más alto de desarrollo para excluir a amplios sectores de la población.