GONZÁLEZ CRUZ, LUIS MIGUEL
Las dos obras que aquí se presentan comparten ese espacio irreal en el que se ubica lo que hemos venido en imaginar la muerte. Los personajes de estas obras han atravesado el umbral del más allá, pero se han encontrado, en vez de en la otra vida, en el espacio del teatro. Son obras que, para el espectador, transcurren a este lado de la muerte.
En Terminal, el espacio de un aeropuerto clausurado tras un terrible accidente aéreo empuja a unos personajes fantasmales a tomar de manera desesperada un avión que se va a estrellar
que, quizás, ya se ha estrellado. Esos pasajeros no piensan, ni por un solo instante, en que si no toman el vuelo podrían/pudieron haberse salvado.
En Milagro, una mujer resucita y vuelve de la muerte, pero todo lo debe aprender de nuevo, nada le ha valido de lo aprendido en su vida anterior, pues todo lo tiene que asimilar otra vez, incluido el amor. Incluida la propia idea de la muerte algo que a ella le cae muy lejos, casi como una cosa imposible de creer. Estas piezas muestran que el teatro es el espacio de la muerte, que fuera del teatro no hay nada. Y, por no haber, no hay, ni tan siquiera, muerte.