AZEVEDO, CARLITO
Atento a la inestabilidad del discurso, dispuesto a indagar en el espacio lábil de la enunciación y con una amplia sospecha de los elementos que conforman los discursos sobre la poesía, Carlito Azevedo arma con Monodrama una manera de entender la escritura. Dice Ana Porrúa en el prólogo: «La escritura hace equilibrio (sin apoyarse nunca sobre un suelo fijo y sedentario) en las cuerdas podridas de la/ percepción. Y es esta percepción lo que se expone, lo que los poemas dejan al descubierto como materia inestable, al borde de una explosión inminente». Se trata, entonces, de un volumen donde lo que está en juego tiene una relación directa con la mirada dirigida en múltiples direcciones: una mirada que se formula al dar cuenta de lo contemporáneo, que se inscribe en un avance sin una modulación estable, que no teme acometer con una euforia distinta cuando se vuelve más narrativa, y que no deja en ningún momento de dar cuenta de los conflictos que arrastra una idea del hablante lírico fijada en un pasado hoy inasible. Que la primera edición, en Brasil, date de 2009 no debería despistarnos a este respecto.
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Está también
al lado de la cama
la foto de aquel
escritor que dijo
en la entrevista que había
tenido un hermano gemelo
y que cuando eran bebés
habían llegado a ser
tan idénticos
que para diferenciarlos
los padres ataban
cintas de colores en
sus puños
un día los
olvidaron en el agua
del baño, de la bañera
uno de ellos se ahogó
y como las cintas
se habían desatado
en el agua enjabonada
nunca se supo cuál
de los dos había muerto
si él
o yo
CARLITO AZEVEDO (Rio de Janeiro, Brasil, 1961), publicó Collapsus linguae (Premio Jabuti), As banhistas, Sob a noite física y la antología Sublunar (Premio Alphonsus de Guimarães de la Biblioteca Nacional do Brasil). Editó durante más de diez años la revista Inimigo Rumor y tradujo al portugués la poesía de Pierre Reverdy, Max Jacob y Henri Michaux, además de la prosa de Flaubert y César Aira.