TALENS, JENARO
Cuando una compañía itinerante italiana se instaló en la Ópera de París el 1 de agosto de 1752 para ofrecer varias representaciones de intermedios y de óperas bufas con un éxito creciente, se desencadenó una pequeña guerra de epigramas que degeneró rápidamente, convirtiendo la sociedad parisina del momento en dos mitades enfrentadas e irreconciliables: en una parte se situaban los defensores de la ópera a la italiana, los «bufonistas», y en la opuesta los defensores de la música francesa. Una suerte de «Affaire Dreyfuss» musical, en suma.
La personalidad de los que participaron en esta polémica (Diderot y los enciclopedistas, así como el ginebrino Jean-Jacques Rousseau) otorgó a este conflicto, conocido como la Querella de los bufones, la amplitud y el carácter de un conflicto ideológico. Por eso mismo, dicha Querella tiene interés, no sólo para la historia de la música, sino, también, para la historia de las ideas. Por lo que me concierne, en tanto testigo interesado y, en ocasiones, activo participante en el debate que atraviesa la discusión de las prácticas artísticas en la España de los últimos 30 años, en el interior del debate sobre realistas y reflexivos, la Querella tiene, además, el carácter modélico de un antecedente cuya actualidad ha sido pocas veces tenida en cuenta.