MORA, ANGELES
Lo que puede resultar más asombroso para el lector de este libro es encontrarse con lo que parecería más elemental: una escritura que no reniega de la literatura, una poesía que no abjura de su propio sentido. Y eso es difícil de encontrar hoy, en estos confusos tiempos para la lírica. Lo que sorprende, pues, es que en medio de tanta superficie fácil, tanta heterodoxia aparente, alguien nos vuelva a recordar, desde el discurso, el sentido del discurso: su permanente histórica interrogación sobre la vida.