JOYCE, JAMES
En un intento irónico de explicar el título de su libro Música de cámara, James Joyce lo relacionaba con el
sonido que hace el líquido al golpear las paredes enlosadas de la escupidera (chamber pot). Si uno busca esa
irreverencia o las desmesuras de Ulises en sus versos, saldrá defraudado. En particular, los de este primer
poemario -que abre la colección- se inspiran en el simbolismo de Verlaine, en Dante, Meredith, Yeats y en
los sonetos de Shakespeare, y son conscientes de (y sensibles a) una rica tradición de poesía amorosa, a su
musicalidad y particular imaginería.
Es curioso que un autor que en su tiempo llevó los límites de la narrativa a extremos impensados haya sido
tan respetuoso al componer poemas. El contraste es un arte poética en sí mismo.
María Eugenia Bestani