ALVAREZ PORRO, MARIO
...la poesía [...] supone un doloroso sacrificio, una auténtica profesión de fe, fe en lo que se siente. Y en esa profesión de fe, pues la poesía es un acto de fe, fe de fracaso, de divino fracaso, no hay lugar para poetas. Nunca lo hubo. Sólo para el sentimiento. Fe más allá de toda creencia.