VIÑALS, JOSE
Humilde era la casa. Un pasaje al que daban seis viviendas. Era la del medio, al lado derecho del pasaje. Una puerta de madera, dos ventanas simétricas a cada lado. Se entraba directamente a un salón. Al fondo, en el rincón de la izquierda hay un escritorio. Un flexo con luz azul. Mágica luz azul. Sobre el escritorio una máquina de escribir, papeles, libros, papel carbónico. Un hombre joven, de treinta años, escribe por las noches, escribe los fines de semana. Durante el día es fotógrafo de bodas y comuniones. Después, creativo de publicidad. Escribe por las noches, fuma, bebe ginebra. La botella es verde y el azul de la luz provoca transparencias, reflejos sobre la pared. Por la noches nace el pájaro, está naciendo un pájaro. 1968.
Del prólogo de Gabriel Viñals
Toda respuesta es una impostura, es el enunciado de esta obra, donde todo parece coincidir en una suerte de denuncia de la realidad circundante. En Entrevista con el pájaro, las voces pueden ser impuras o tristes, denunciadoras o alzadas contra el sentido de vivir o comprender, pero en cada actitud, en cada situación, emerge la inagotable energía creadora de uno de los poetas cardinales en castellano del pasado siglo. Encontramos aquí un mundo tremendo y alucinante donde sólo el amor puede redimir al hombre, pero, sobre todo, el lenguaje irónico, muchas veces trágico, que caracteriza la poesía de José Viñals. Si avanzamos dos pasos en la tragedia cuando sólo uno es necesario, caemos en la risa; pero si avanzamos tres, caemos en el tedio; pero si no avanzamos, caemos en el vacío. Y eso es justo lo que nos propone Entrevista con el pájaro.