BARRETO, SERGIO
El sol la estrella blanca sella un compromiso con la materia inicial, con el aire y su luz, con la corriente de las aguas, con la tierra abrasada, con los elementos que nos hacen seres plenos, primigenios, inocentes y sabios. Aquí conviven los cielos estrellados y la harina triste pero luminosa del pan. En el paisaje late la visión mítica no como atractivo exótico o apunte culturalista sino como esperanza o advertencia. El mito no es cápsula de cita: cuelga de las ramas o aviva la lumbre humilde.