MILÁN, EDUARDO
Porque la reflexión sobre el lenguaje y del lenguaje incluye las coordenadas en que éste acaece, refleja su coyuntura, se concreta entonces en una estrofa con fecha, nombres propios , poema que trae instancias inscriptas: José-Miguel, Obama, la gripe porcina, Zitarrosa, Cachao, el avance de Oriente, un hoy jueves / 28 de mayo del 2009, 10 de la mañana , Alejandro, Un coup de dés, o las grietas del capital. Y, siempre, como marco, una constante que atraviesa la producción de Milán de principio a fin: el pensamiento sobre Latinoamérica y la pregunta por la posibilidad de articulación de la utopía. Trasatlántico repertorio de un trovar (ric, clus, leu); arremolinada lírica al desbarre de la actualidad por la que se desliza, discurre, se escurre, errante, tirando con fuerza y en múltiples direcciones; lengua una vez más de acogida, como aquella del que ?porque como ninguno supo escuchar? habita el habla y por ello sigue estando y seguirá ondulando desde su voz; duelo pero no sólo duelo, sino antes que nada (y mientras) asunción de un legado, rastreo sobre qué pueda extraer lo poético de la contigüidad, con
Eduardo Milán. Poeta y ensayista. Ha publicado los libros de poesía: Errar (1991) Nivel medio verdadero de las aguas que se besan (1995)), El camino Ullán (2009), Disenso (2010), Vacío, nombre de una carne (2011). Consuma resta I y II (2018 y 2019), Salido (2018). Y los ensayos Resistir (1994) No hay, de veras, veredas (2012), Visión de cuatro poemas y el poema que no está (2013), Las ínsulas extrañas (2002), con José Angel Valente, Blanca Varela y Andrés Sánchez Robayna