ACQUARANI, ROSANA
No cabe duda: cada libro inicia su verdadera andadura más allá de su autor, cuando se publica y empieza a circular, a ser leído. De esta manera su cauce de sentido nos trae la reminiscencia de otros libros, de otras experiencias ya vividas, armando una cadena que hace libre. Es sólo entonces cuando podremos decir a ciencia cierta que su publicación era necesaria.
DISCORDIA DE LOS DÓCILES sería el quinto poemario que publico. Han pasado diez años desde el último y sin embargo, este nuevo libro no es una recopilación de poemas sueltos que se han ido acumulando a lo largo del tiempo. En coherencia con los anteriores, se trata de un libro orgánico, construido en torno a dos claves principales:
La primera corresponde a la idea de que no sólo la oscuridad esconde algo. También la luz puede ocultarnos mucho. Tras esa deslumbrante realidad de un mundo que vive en la abundancia, hay otra muy distinta que sólo la poesía consigue des-velar en su doble sentido: desvelar en cuanto a descubrir, destapar la ceguera, poner de manifiesto; y desvelar en lo que se refiere a tratar con desvelo, poniendo sumo cuidado y atención en algo, es decir, desvivirse.
Dimensión ética de la poesía -el libro arranca con un poema titulado PO-ÉTICA- en un mundo que tiene mucho que ocultar. Así, la voz poética se hace cargo de la Otra Claridad (titulo de la primera parte) e inicia un largo viaje (poemas del I al XIII) en el que va apareciendo toda una galería de retratos. Son los dóciles: aquellos seres invisibles, ignorados, sometidos, que viven bajo el totalitarismo de la indiferencia y que soportan el peso del vacío (imagen que dará título a la segunda parte).
La otra clave es que, precisamente, ese desvelamiento es el que nos ofrece por fin la posibilidad de rebelarnos; de abandonar la ceguera, de desterrar para siempre el pensamiento único y construirnos nuestra propia mirada. El punto de partida: la desavenencia, la división de pareceres, la recuperación del espíritu crítico: la discordia de los dóciles (imagen que da título al libro y a su última parte).
A pesar de su dimensión ética donde la voz poética se proyecta hacia el nosotros, en DISCORDIA DE LOS DÓCILES hay siempre una gran preocupación por la palabra, por la elaboración de las imágenes poéticas; por no caer en el mensaje incendiario, o en la mera denuncia social.
Para terminar, me gustaría subrayar que DISCORDIA DE LOS DÓCILES no sigue ninguna estela formal o directriz concreta y, sin embargo, pretende entrar a formar parte de esa cadena que hace libre, la de los libros que, por fin, consiguen separarse de su autor.