NICOLÁS MARTÍNEZ, VIOLETA
Lapsus Violeta nos lleva del absurdo a la ironía ya desde su comienzo: el prólogo de las abuelas, que nos depara más de una sonrisa y destaca la figura de la mujer. Se interesa y explora cuestiones relativas a la propia identidad. La poeta se fija en detalles de la vida cotidiana, en sabores que han marcado instantes, percepciones efímeras, experiencias manifestadas al borde del aforismo, palabras poco habituales que nos cercan en su sonoridad y ansia de pragmatismo. Los agujeros de la memoria, su reinvención y lo subjetivo del tiempo se condensan. Su poesía es atractiva y estimulante.
