BLANCO, ANTÓN
Antón Blanco pertenece, desde tempranísima edad, a la nueva hornada de jóvenes poetas gallegos que han destacado poderosamente en la última década, especialmente a través del Premio Nacional de Poesía Joven que entrega el Ministerio de Cultura español, como es el caso de Gonzalo Hermo, Alba Cid o Ismael Ramos.
«Parece mentira que un chico que acaba de salir de la adolescencia sea capaz de discutir con su escritura los cimientos sobre los que se construye la poesía [
]. Pocas obras existen a nuestro alrededor que puedan presumir de haber dado semejante golpe de timón.»
Gonzalo Hermo, a propósito del debut de Antón Blanco en 2016.
En la primera canción de su primer álbum, publicado en 1997, el grupo de post-rock Godspeed You! Black Emperor canta: «Estamos atrapados en el estómago de esta horrible máquina / y la máquina se desangra hasta morir». En la cara B del vinilo de ese mismo disco, una bella voz repite en bucle: «¿A dónde nos dirigimos? ». Llegados a cierto punto, la aguja del tocadiscos se desbarajusta y la interpretación del tema prosigue eternamente sin llegar a terminar jamás, salvo que pongamos fin abruptamente a la ejecución del dispositivo musical, muerta la máquina, apagada. No resulta extraño que Antón Blanco traiga a colación esta obra y nos instale en ese mismo paisaje posindustrial para definir nuestro momento actual, donde la tensión de esta época nos proyecta a un futuro estancado, como aquellas antiguas paradojas de Zenón en las que los ligeros pies de Aquiles no terminaban de seguir el surco de la tortuga y resultaba imposible el recorrido de la flecha disparada.
Antón Blanco (Vilagarcía de Arousa, 1996) inscribe los gestos del presente en un tipo de composición muy particular dominada por las formas ciegas y trabajadas de la circularidad y nos entrega un poemario con el que dar la bienvenida a la nueva era de la Inteligencia Artificial.