AA.VV
La utopía y los utópicos han sufrido en muchas ocasiones el desdén y la incomprensión de quienes les achacaban una actitud poco realista y alejada de lo posible, que solamente podía traer consigo la distracción de los objetivos más alcanzables cuando no el desánimo o la frustración.
Quienes permanecen al margen de las mayorías han de soportar la calificación de particularistas, disgregadores, radicales, insolidarios, iluminados, chantajistas, utópicos y otras expresiones a través de las cuales los pensamientos únicos y las maquinarias partidarias se libran de bajar a la arena de la argumentación, del parlamentarismo auténtico que es aquel en el que tu trabajo es convencer al otro, pero también ofrecer la posibilidad de ser convencido.
Cada vez que la historia encalla en algún camino sin salida aparente, el género utópico florece como las setas después de la lluvia. Un claro ejemplo es la situación de turbulencia, incertidumbre e inseguridad del contexto social, económico y político que vivimos en estos días. Al mismo tiempo, mientras las personas intentamos desesperadamente que la situación crítica de los acontecimientos no se acabe enquistando, tenemos tiempo para reflexionar y preguntarnos cuál es el precio que tendríamos que pagar para alcanzar el sueño de vivir en una sociedad utópica y hacerlo realidad. Esa es una de las preguntas a la que queremos dar respuesta en este número monográfico de Ábaco, incógnitas que intentan resolver desde un punto de vista multidisciplinar los 10 autores protagonistas de este nuevo número encargado de cerrar el controvertido año 2008 con la esperanza de poder alcanzar por fin una sociedad más próxima al ideal.