DEL PLIEGO, BENITO
La poesía de Benito del Pliego deja al lector pensando en un pasado mañana que no es el de alguien más. Con la conciencia tranquila, sus noticias convocan a lo que vendrá y no es del todo cierto. Están ahí para avizorar un horizonte de novedades ayúdenme a ver, las oímos decir, y dar un salto cualitativo hacia una realidad por delante. Lo consiguen. Las palabras dejan al mundo mejor de lo que estaba. El poeta lo tiene claro (de otra manera no lo hubiera conseguido): la música sabe prescindir de palabras, y las palabras conciben una música sorda que es casi lo contrario a un pensamiento cumplido en el ritmo. Debido a todo lo fenomenal y preponderante que esta lírica mayor aporta al campo de la gran poesía hispana de un lado y otro del Atlántico, los usos canonizados del lenguaje han terminado como merecían terminar: cañonizados.