OLAYA MORALES, FRANCISCO
Está probado históricamente que, desde hace siglos, la cultura ha tenido en España (y lo sigue teniendo) un acusado tufillo azufrado. Lo dijeron en el siglo XIX las doctas eminencias docentes de la Universidad de Cervera y, posteriormente, el insigne político González Bravo; lo confirmó después Larra, que tenía que escribir con sangre, y, más recientemente, el célebre general Millan Astray, que prefería derramarla para que no se escribiera.
Así comienza Olaya la introducción a su libro sobre el movimiento obrero en la primera parte del siglo XX.